sábado, 29 de septiembre de 2018

Rebeldía chic: Nirvana y la contracooltura

Entre yonky y cool, Kurt Cobain dejó escrito "es mejor quemarse que irse apagando lentamente". Apropiación, asimilación y resignificación en una cultura en la que ser contracultural es re contracooltural.


Por Mariano Alvarez

Fue durante el secundario que empecé a elegir ropa diferente a la que mis padres nos compraban a mi y a mi hermano simultáneamente cuando pedíamos alguna muda salvadora, es decir que a mediado de los 90 comencé con las preocupaciones del outfit subcultural teenager. Sin un estilo fijo, lucía algunas indumentarias y accesorio que variaba entre lo punk, lo hardcore o lo grunge (luego de la primera época de un Kurt Cobain posmortem). Es muy fácil recordarme usando pantalones grandes y caídos, camisas largas a cuadro, buzo de algodón con capucha, pelo largo, cadenas, etc. 

Fue en aquella época que, a pesar de que no compraba mucho, mis recorridos por la mítica galería Bond Street de la Av Santa Fé o la Churba ubicada en Belgrano, me valieron para graduarme como consumidor fácil. Para cualquier vendedor yo era una comisión mas rápida que su propia respiración. Lo hacía deportivamente veloz ya que muchas veces no conseguía inmediatamente mi talle de zapatilla y me quedaba con una dos números mas chicas o dos números mas grandes. Nunca estuve muy cómodo, o era krosty (pie chico) o era bob patiño (pie grande) pero el estilo siempre ganaba. 





Pero en todo esto existe una religiosidad. Yo no compraba Nike ni Adidas, compraba marcas "no imperialistas" (hoy me suena gracioso), o sea marcas alternativas como Vans, o sus versiones mas económica como Airwalk o Visión Street Wear que al fin y al cabo representaban la rebeldía chic de un adolescente de clase media que quería parecer cool entre aquellos que también hacían lo mismo sin dejar de ser un consumidor. Una rebeldía tan chic como la del hippie que para mostrarse anticonsumista compraba el escarabajo de Wolksvagen frente al gran consumo de autos que crecía en paralelo a las estrategias de las fábricas automotrices que no dejaban de sacar modelos de auto año tras año para que nadie se sienta actualizado.


Para entender aún mas sobre esta forma de apropiación, la ciudad de Seattle nos lleva a sucesos conocidos que pueden ser analizables desde este punto de vista. Esa ciudad gris, capital de Washington tiene dos saltos en su historia que nos ayudan a aproximarnos al entendimiento de la rebeldía chic: la rebelión de la contracumbre de 1999 y Nirvana.


1999 es el año en que se llevaron a cabo manifestaciones contra de la Organización Mundial de Comercio (OMC) conocidas como la Batalla de Seattle que se extendieron del 29 de noviembre al 3 de diciembre y que reunió alrededor de 40000 manifestantes. El punto es que durante los hechos se llevó a cabo el destrozo a patadas de una tienda de Nike y las fotos que pudieron registrar esos hechos captaron muchos pies vestidos con zapatillas de esa marca. 


En el mismo tono en el que venimos hablando y bajo la frase "La polémica es el preludio de un éxito mainstream" es que David Geffen logró hacer algo similar con Nirvana, la banda grunge mas popular de los noventa. Geffen es un coolhunter dice Frédéric Martel en su gran obra Cultura Mainstream, es un cazador de lo cool, solo que cuando lo caza aún no lo es. Su estrategia es justamente hacer que los grupos se conviertan en cool. Transforma al rock alternativo, lo pasa de grungy, raspy (voz ronca) y loud (ruidoso) a algo mas electro y comercial (Cool). 


En sus primeros momentos Geffen produjo exitosamente a Dylan, The Eagles, Dian Ross. Luego a John Lennon y Yoko Ono, Cher, Sonic Youth, Beck, Aerosmith, Peter Gabriel entre otros, y finalmente a Nirvana, una banda de Seattle de ética DIY. David Geffen esperaba vender alrededor de 200 mil copias con Nevermind (el disco mas popular de la banda) pero vendió mas de 10 millones. Por otro lado, a pesar de la banda, Nirvana será adoptada por MTV, lo que catapultó a Kurt Cobain al estrellato global. 

De repente Nirvana había saltado de la anticultura mainstream al mismo mainstream en solo un par de pasos aunque, según Geffen, la banda no había perdido su auténtica rebeldía. La misma portada de Nevermind, en la que un bebé está siendo la presa del capitalismo representado por un billete de dolar usado como carnada, es contradictoria, no con el ideario de la banda, sino con haber decidido ser cool. David Geffen con el tiempo se convirtió en el único empresario que logró conquistar los tres pilares del enterteinment norteamericano: la industria de la música, la industria cinematográfica y los espectáculos de Broadway.





En el gran libro Rebelarse Vende, sus autores Joseph Heath y Andrew Potter sostienen que la respuesta a la pregunta conspirativa acerca de ¿Quien mató a Cobain? es obvia. "A Kurt Cobain lo mató Kurt Cobain". Pero además "el cantante de Nirvana también fue víctima de una idea falsa: la teoría de la contracultura", así como en décadas anteriores lo habían sido los hippies.

A Kurt Cobain la popularidad siempre le pareció algo de lo que avergonzarse. Así es que, cuando el disco Nevermindsuperó en ventas a Michael Jackson, intentaron disminuir su número de fans en el siguiente álbum (In Utero) incluyendo música deliberadamente oscura e inaccesible. Pero no sirvió de nada. El disco llegó al número uno en las listas estadounidenses sin mitigar la sensación de abandono a la esencia de la banda.

Seguramente esa sensación avergonzante provenía de la manera en que él siempre había considerado al hippie pero que, sin embargo, él mismo no pudo evitar hacer. La actitud de rechazo de Cobain con los hippies era porque consideraba que se habían vendido, que al hacerse yuppies habían pasado del anticonsumo al consumo, del underground al mainstream, de la contracultura al establishment, es por eso que Kurt los llamaba "hippiócritas" mientras que de manera mas violenta decía «Yo sólo me pondría una camiseta teñida* si estuviera hecha con sangre de Jerry Carcía*».

Sin embargo, tanto para el hippie como para Nirvana mismo, los valores que persiguieron, para la industria son mercancías que se pueden vender, provocando un aumento del consumismo contra el cual se enfrentaron. Por eso es que Nirvana, una banda con valores previos que la definían, vendía millones de discos al igual que New Kids on the Block que fue una banda prefabricada para ese fin.

Tanto aquí, como en artículos anteriores, nos estamos refiriendo a la teoría de la «apropiación» que la cultura hegemónica implementa, según la cual la «represión» impuesta por el sistema a lo antisistema es más sutil, ya que al sistema le basta con asimilar la resistencia mediante la apropiación de sus símbolos, la eliminación de su contenido «revolucionario» y la comercialización del producto resultante de ella. Con esto se consigue neutralizar la contracultura de tal manera que el público ni siquiera llegue a conocer su verdadero origen "revolucionario".




En esto Thomas Frank en su libro La Conquista de lo Cool es bien claro cuando plantea que "la cultura contestataria de la juventud continúa siendo un contexto idóneo para las empresas". "Las fantasías comerciales de rebelión, liberación y «revolución» contra las exigencias asfixiantes de la sociedad de masas se repiten hasta el punto de pasar totalmente desapercibidas en los anuncios de publicidad, las películas y los programas de televisión".

Cobain, en la carta que dejó al momento de suicidarse, dejó una nota en la que una de sus frases decía "es mejor quemarse que irse apagando lentamente", mucho habrá tenido que ver la heroína pero también el precio de haber sido cool




* Atuendo propio del hippie.
* Cantante de la banda The Grateful Dead.

Bibliografía mencionada:

- Rebelarse vende. Joseph Heath y Andrew Potter. Taurus edit.
- La conquista de lo cool. Thomas Frank. Alpha Decay edit.
- Cultura Mainstream. Frédéric Martel. Taurus edit.


2 comentarios:

  1. Gracias! Quizas te interesa este articulo. http://subculturaxx.blogspot.com/2018/10/mtv-calzado-subversivo-y-la-generacion-x.html?m=1

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