sábado, 12 de octubre de 2019

"No me escuchas ¿Verdad?": La marginalidad en Joker

La historia de Arthur Fleck pone dudas sobre el bien y el mal en la mismisima historia de Batman. Los límites entre el bien y el mal son tan invisibles, casi tanto como cuando Wendy Brown (filósofa y politóloga norteamericana) plantea al neoliberalismo como una racionalidad dominante y exitosa como resultado de su invisibilidad. En Gotham tanto como en nuestros días lo político y lo no político se confunde con lo bueno y lo malo. Así como muchos ven el caos en las manifestaciones de Gotham otros ven una revolución de los marginados. Esta es la lógica que muchos aplican a la palabra anarquía (etimologicamente significa sin principio ordenador) como sinónimo de desorden apocalíptico (es decir contrapuesto a la idea de orden liberal y/o neoliberal) o tal como en el discurso de las políticas neoliberales el mismo discurso político se vuelve antipolítico (evita conflictos en donde ya existen invisibilizandolos) y lo democrático se reduce a ser colaborativo e inclusivo mas que valores políticos que ponen en nuestra mente la posibilidad ingenua de creer que el presente y el futuro está en nuestras manos.

Esa lucha entre lo político con discurso empresarial y lo político reflejado en la manifestación popular es lo que define la realidad de Gotham. Un político empresario que deslegitima las manifestaciones calificando a sus participantes como payasos, casi tanto como lo hizo el ex presidente argentino Mauricio Macri cuando se desentendió de la vergonzosa derrota en las elecciones primarias diciendo "La elección no sucedió", invisibilizando así la voluntad popular.



Esta historia nos hace pensar en la importancia de Thomas Wayne. Él es quien define tanto los modos de violencia de Batman como los de Arthur Fleck y luego los del Joker. Él es empresario y político de moral limpia en televisión pero se lo mira reojo en las calles marginales de Gotham. Si en Joker quedó en duda la posibilidad de que Arthur y Bruce fueran hermanos esa imposibilidad no debe empañar la simbiosis que existe entre ambas violencias y concepciones de orden. La antítesis que Samuel Jackson nos enseñó al final de Unbrekable (El Protegido) los une.

Como todo lo referido a Gotham (Ciudad gótica) el neo-noir se hace presente, una oscuridad estética basada en la pesada cadencia que tiene el ambiente húmedo y nostálgico que le otorga la realidad de Gotham a la vida de Arthur Fleck. Pero la oscuridad también proviene del nihilismo que se respira y se expande a través de cada escena, como negación de toda creencia. De hecho ni siquiera nosotros tenemos la certeza de que todo haya ocurrido, ni tampoco si existe posibilidad de un bien en Gotham, cuando ésta siempre proviene de lo que los Wayne creen que es el bien. Pareciera que solo la ciudad de los Wayne es la ciudad posible.

Arthur y la ciudad establecen constantes puntos de hermandad. Desde un principio el Joker de Joaquin Phoenix me hizo pensar mas en el hombre del siglo XXI que en el que la historia de Batman siempre nos mostró de Gotham. Hay más Arthur que Joker, más rostro real que maquillaje, mas torso desnudo, deforme y huesudo que vestimentas coloridas, poco idealista, con enfermedades mentales, y con mas imperfecciones que retoques de postproducción. Por su parte, la hermosa y nostálgica estética caótica de Gotham también juega de antiestética al mismo tiempo que el Joker se convierte en un amado antihéroe. ¿O a caso no le quedó bien a Nueva York esos graffitis eternos y la basura acumulada en montañas?. En fin, la marginalidad de Gotham es a la vez la misma que llega a Arthur como sujeto marginal de una estructura moldeadora pero potenciada por la enfermedad mental que le provoca carcajadas. Su comedia es su mundo y su mundo es muchas veces imaginado mas que vivido.



Arthur no es mas que aquel que no puede ajustarse a las reglas y por ende se mueve en los márgenes del sistema. Esto lo convierte en un peligro para el orden disciplinario de ciudad gótica. En ese sentido filosófico, no solo podría representar un peligro para las sociedades discplinarias de Foucault sino ademas en las postdisciplinarias, esto es que no sólo no lo han controlado como cuerpo dócil sino que además no han podido conquistar su mente enferma. Ni la biopolítica de Foucault, ni la psicopolítica de Byung Chull Han logran explicar el modo en que llega el control a la marginalidad. Ni en la prisión, ni en el manicomio, Arthur se aloja en un deprimente departamento húmedo y oscuro en el que vive con su madre, el cual no es mas que otra extensión de la Gotham marginal, en donde las calles están extremadamente sucias, las ratas invaden y la brecha socioeconomica parece estar mas ancha que la del 99% planteado por Occupy Wall Street, una brecha (tanto en Gotham como en el mundo real) que siempre juega a favor de un pequeño porcentaje que se enriquese día a día.

La marginalidad social se representa en las movilizaciones violentas creando el contexto en el que Batman en algún momento (lejano pues Bruce es un niño rico) aparecerá como salvador. Las movilizaciones enmascaradas con pancartas que rezan "We are all clowns" son puramente clasistas al nivel de lo que pudieron haber sido los fantasmagóricos Indignados de España u Occupy Wall Street de EEUU, o mas actual los Chalecos amarillos de Francia o los paraguas de Hong Kong.


Es un clima de No Future. A mí me ayuda a entender que se trata de una distopía cuando pensamos que son los mismos motivos que hoy (2019) generan movilizaciones, y los mismos motivos por los que hoy se repite la idea de un futuro cancelado por la muerte que las utopías sufrieron ante el avance del capitalismo neoliberal. El ya repetido "No hay alternativas" de Margareth Thatcher.


La otra cara de la marginalidad es la de quienes crean desde la televisión una realidad que los margina de la misma. La madre es quien representa ese gran público que idolatra al conductor de un clásico Late Night Show en el que todo es tratado superficialmente. Esa es la autoexclusión que está basada en la lógica del hedonismo capitalista y la antipolítica del discurso neoliberal. Como dice Gil Heron en su canción... "The revolution will not be televised".

Sin duda Joker es una película sobre marginalidad, la de quienes son descuidados por una clase dirigente enriquecida que trata de payasos a la población pero a la vez les promete que sus vidas serán mejores si los eligen, y que deja en claro que la plutocracia es la distopía mas cercana a esta realidad.

El éxito de Joker no creo que solo se apoye en la comunidad nerd de comics, lo crítico y lo distópico se vende bien en épocas en las que no hay utopías presentes mas que como viejos fantasmas que asustan el orden hegemónico por momentos. La lectura del film tiene la capacidad de descarrilarse de los comics y la ciencia ficción estableciendo puentes con el presente en el que cada vez mas los ideales son trastocados por los nuevos discursos y puestos en dudas tal como la democracia, entendida como gobierno del pueblo, lo que no es real pero que, sin embargo, sin ella se termina el único discurso en el que somos libres y dueños de nuestro futuro.




Menciones:

El pueblo sin atributos de Wendy Brown.
Vigilar y castigar de Michel Foucault.
Psicopolítica de Byung Chull Han

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